Lo que enseñamos
1. Sobre la Biblia:
Creemos, afirmamos y enseñamos que toda Escritura fue inspirada por Dios.2 (Timoteo 3:16)
2. Sobre Dios:
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios es uno en esencia y tres en personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada una de estas tres personas tienen roles diferentes en todo el plan de Dios y merecen la misma adoración y obediencia. (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14)
Creemos, afirmamos y enseñamos que Dios Padre ha elegido por gracia desde la eternidad pasada a aquellos a quienes Él tendría como suyos (Efesios 1:4-6). Él salva del pecado a todos los que llama por medio de Jesucristo; y adopta como suyos a todos aquellos que han sido elegidos desde antes de la fundación del mundo (Juan 1:12; Efesios 1:4; Romanos 8:15; 28:30; Gálatas 4:5; Hebreos 12:5-9).
3. Sobre Jesús:
Creemos, afirmamos y enseñamos que Jesucristo, la segunda persona de la Trinidad, es el Unigénito Dios desde la eternidad pasada y el único mediador entre Dios y los hombres (Isaías 42:1; 1 Pedro 1:19-20; Juan 3:16; 1 Timoteo 2:5).
Creemos que Él es la cabeza de la Iglesia, el heredero de todas las cosas y el juez universal de la historia (1 Corintios 11:3; 2 Corintios 5:10, Hebreos 1:2).
Creemos, afirmamos y enseñamos que Jesús se encarnó, fue concebido por el Espíritu Santo y nació de María siendo aún virgen (Lucas 1:27,31,35; Gálatas 4:4); que teniendo igualdad y coeternidad con el Padre (Juan 1:1,14; 1 Juan 5:20; Filipenses 2:6), durante Su misión en la tierra se hizo semejante a los hombres, siendo al mismo tiempo verdadero hombre y verdadero Dios (Lucas 1:35; Colosenses 2:9; Romanos 9:5; 1 Timoteo 3:16). Con su encarnación, Jesús no perdió ninguno de sus atributos divinos, sino que solo restringió el uso de algunos de ellos, según la voluntad del Padre.
Creemos, afirmamos y enseñamos que Jesucristo es nuestro representante ante Dios, sobre quién Él hizo caer la culpa por nuestros pecados (2 Corintios 5:21; Isaías 53-5). Él se ofreció voluntariamente para encarnarse y venir al mundo sujetándose a la Ley, cumpliéndola en su totalidad (Salmos 40:7-8; Hebreos 10:5-10; Filipenses 2:8; Juan 10:18; Gálatas. 4:4; Mateo 3:15; Mateo 5:17). Fue crucificado y murió por nuestros pecados (Romanos 5:8). Fue sepultado y al tercer día resucitó corporalmente y ascendió al cielo y está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros, y en el tiempo designado volverá de manera gloriosa (1 Corintios 15:3-4; Hebreos 4:14, 8:1-2; Romanos 8:34; Marcos 16:19; Hechos 1:11; Hechos 7:25).
Sobre el Espíritu Santo:
Creemos, afirmamos y enseñamos que el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, al igual que el Padre y el Hijo existe desde la eternidad y ha estado operando y obrando desde entonces (Génesis 1:2; Isaías 44:3; Isaías 32:14-18; Hebreos 9:14).
Creemos, afirmamos y enseñamos que es a través de Él que somos regenerados y nacemos de nuevo (Juan 3:5-8). El Espíritu Santo es el dador de la vida. Además, es Él quien ha sido enviado a convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-8, 1 Pedro 1:3,23).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el Espíritu Santo habita en el interior de cada creyente (1 Corintios 3:16, 6:11), santificándolo (Romanos 8:13) y guiándolo a toda verdad (Juan 16:13). Al hacer esto, Él glorifica a Jesucristo, pues nunca busca glorificarse a sí mismo (Juan 16:14).
Creemos, afirmamos y enseñamos que el Espíritu Santo, junto con Cristo, distribuye a cada creyente dones espirituales por gracia y de manera soberana, según su sabio consejo, con el objetivo de edificar el cuerpo de Cristo (1 Corintios 7:7, 12:4-7,11; Efesios 4:1).
4. Sobre el hombre:
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